lunes, 16 de mayo de 2011

Juan Pablo III




     En estos tiempos de nuevos santos, donde la busqueda de un milagro que demuestren su condicion de tal pareciera ser tema de tapa de diarios, la banda roja no podia  estar ausente. Es una de las explicaciónes a este 0-2.

     El frio repaso futbolistico dirá que con una ráfaga de tan solo dos minutos, Boca le ganó a River con  goles de Carrizo (e/c) y  Palermo y lo bajó totalmente de la lucha por el campeonato y lo comprometió demasiado en la zona de promoción.Pero no es tan simple encontrar la explicación.

      El partido tuvo dos momentos claves ya que la salida apresurada de Jonathan Maidana por una lesión en el tobillo y el blooper increíble de Carrizo terminaron definiendo el encuentro. Minutos más tarde Palermo de emboquillada terminaba de sellar la ilusión del conjunto millonario de una remontada.
    Los primeros veinte minutos fueron todo del conjunto de Juan José López ya que de la mano de Lamela por el centro de la defensa y Pereyra abierto por la banda el equipo tuvo volumen de juego pero por el contrario no tuvo efectividad en el área. Ya se sabe, el gol no es en este equipo nuestro habitual compañero de emociones.

    A los 28 minutos del primer tiempo, después de un corner ejecutado por Mouche, Carrizo protagonizó uno de los mayores blopers realizados por un arquero en un superclásico, comparable a aquel del Loco Gatti frente a Pedrito Gonzalez en el 77, que nos dejo a punto de vuelta olimpica en la misma Bombonera, dándole la ventaja a un equipo que directamente no había superado la mitad de la cancha con pelota dominada.
 
    Dos minutos más tarde, después de un centro realizado por Mouche y tras una serie de rebotes, Martín Palermo,(ahí tenia que estar Maidana) de cabeza marca el definitivo 2 a 0 que selló  el encuentro, no por el desarrollo, sino por ineptitud del equipo de JJ.

    En el segundo tiempo y ya con vergüenza deportiva, el equipo “millonario” fue a buscar el merecido descuento que nunca consiguió ya que la mala definición de sus delanteros y la buena tarde de Lucchetti se lo impidieron.

    Pasaban los minutos y era todo a pedir de boca ya que la contra estaba a pedir de Mouche que si no era por su mala definición el partido hubiera sido mucho mas tedioso para el equipo visitante.
    En estos partidos se ve la verdadera “madera” de un técnico y lamentablemente en este, no se vio nada. López cambia a Acevedo (lesionado y cansado) por un Lanzini que no gravitó para nada en el juego y que verdaderamente uno no encuentra diferencias con el “no tenido en cuenta” Buonanotte.

    Y entonces? Si desde el banco no habia respuestas no esperemos que en la cancha las encuentren y desde ahí encontramos fundamentos a la reacción de Almeyda que hace que River pierda un verdadero estandarte en el medio para el partido contra San Lorenzo.

Último parrafo para el arbitro Lousteau. Una Pancho Lamolina recargado. “Siga, siga” en su maxima expresión. Entendio las recomendaciones, y por eso, dirigio el clasico. No deja de ser un peligro.

    Queda claro que así no se puede ganar nada, queda claro que así el equipo no le hace un gol a nadie (11 goles en 14 partidos jugados), queda claro que si no le agregan más gol a este equipo se va a sufrir de acá hasta la fecha 19 y sin más palabras el cero califica la actuación de su delanteros.


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